Sobre los estériles de las antiguas minas de oro romanas y en las laderas del rio Ibias, con el impulso de los monjes benedictinos del convento de Corias, se establecieron viñas cuya tradición dura hasta nuestros días. Viñas que, sobre suelo pizarroso, tamiz arenoso y el punto de acidez necesario, bañadas con el generoso sol que ilumina Ibias en la época estival, producen este “nuevo Oro” en forma de caldos suaves y aromáticos que recompensan el esforzado trabajo de esta viticultura de montaña.

Ingredientes:

Vino blanco monovarietal 100% uva blanco verdín

Temperatura de servicio entre 9ºC y 11ºC

Graduación por encima de 13,5% de alcohol

Notas de cata:

Fase visual

Color amarillo verdoso con matices muy intensos.

Los matices vivos obedecen también al PH, en definitiva a la buena acidez que presenta el vino.

El poco carbónico que pueda aparecer, se debe a su juventud y es de procedencia natural a partir de su fermentación alcohólica.

Fase olfativa

Vino muy limpio e intenso en nariz con mucha complejidad aromática, cargado de aromas primarios (procedentes de la variedad) donde predominan los aromas frutales muy vivos de fruta de pepita, matices de fruta de hueso y reminiscencias cítricas y piel de manzana. Atractivos aromas de bosque limpio, secundarios (procedentes de la fermentación), notas dulces golosas y algún isoamílico a caramelo.

Fase gustativa

Debemos destacar su acidez, frescura, longitud de boca y retronasal afrutada. Está perfectamente ensamblada la acidez con el grado de alcohol.

Cajas de tres o de seis botellas de 75 cl.