Historia
Confitería Ortiz es un centenario negocio familiar localizado en Cazalla de la Sierra. Sus productos y su buen hacer tienen una gran fama en la Sierra Morena Sevilla.
La historia de la Confitería Ortiz comienza a forjarse en los primeros años del siglo XX de la mano de Manuel Otero Moreno y su yerno, Antonio Ortiz Torres-Pardo. Cabe destacar de esta época el trabajo junto a Manuel Otero de su esposa, Consuelo Vázquez Rosado, reputada pastelera cuya especialidad, los pestiños, tenían fama en la provincia. Entre los clientes de la época se encontraban los célebres hermanos Álvarez Quintero, cuyos encargos de pestiños eran enviados a Utrera.
Durante la década de los años 20 del siglo pasado comienzan a realizarse algunas de las especialidades que hoy día siguen siendo las más reconocidas de la confitería, como son las lenguas, las sultanas, las glorias, las tortas de polvorón o los cortadillos. También corresponde a esta época una de las principales creaciones de estos maestros pasteleros, los besitos de almendra, producto de enorme tradición entre los Cazalleros/as.
Sin cerrar durante los duros años de la guerra, la confitería fue adquiriendo cada vez mayor fama dado el buen hacer de los maestros confiteros. Tartas, mazapanes, alfajores, helados y caramelos eran la delicia de los cazalleros y frecuentes eran los encargos de la época de personalidades de toda España, entre las que destacaban ministros y médicos notables.
Tras el fallecimiento de Manuel Otero entraron a formar parte del negocio los tres hijos varones de Ortiz Torres-Pardo, Antonio, Manolo y Quini, que junto a su padre, continuaron con la tradición confitera de la familia a partir del año 1945. Eran tiempos de duro trabajo y la familia de confiteros dedicaba prácticamente todo el día a la elaboración de los productos. Es a comienzos de los 50 cuando otra de las creaciones más aclamadas de la confitería ve la luz, las célebres y exquisitas Carmelas. Para los eventos de la época se pusieron de moda las medias noches, suave y riquísimo bollito que se rellenaba de todos tipo de manjares. Comienza a trabajar en esta época la que se convertirá por muchos años en la dependienta de la confitería, Amadora Guillén.
En los años 60 se hacen muy populares los negritos, siendo un dulce protagonista en los habituales paseos que los niños y niñas de la época daban por el centro de la localidad. En la década de los 70 se incorpora al equipo de confiteros la cuarta generación, encabezada por Manuel Ortiz Mateo. Durante estos años la confitería continúa aumentando su popularidad introduciendo nuevas especialidades como los San Marcos, los palos de nata o los petisús. En esta década las Carmelas adquieren la fama que aún hoy conservan.
Puede conocer más sobre nuestra centenaria historia en: www.confiteriaortiz.com/tradicion
Proyecto
En Confitería Ortiz se producen de manera artesanal todo tipo de dulces, principalmente pastelería fina y bollería clásica.
Destacan entre nuestros productos las elaboraciones con hojaldre, el merengue, la crema pastelera y las tartas, todo realizado según las recetas originales de los maestros confiteros que han pasado por nuestra confitería. Técnicas como sollamar (tostar ligeramente) o embutir (mezclar yema y huevo en la proporción exacta) y términos como que el merengue tenga “cara” dan una idea de la tradición que se respira en nuestro obrador.
Equipo
Actualmente el negocio está en manos de la 5ª generación de confiteros de la familia bajo la empresa Herederos de Manuel Ortiz Mateo, C.B. La plantilla de nuestro negocio oscila a lo largo del año entre 5-10 trabajadores.
Valoraciones (4)
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"No avisan antes"
A pesar de figurar en las órdenes de envío, el cartero no avisa antes y, con frecuencia, no estamos en casa


"Extraordinarios"

"Gran facilidad en la compra"
El pedido llegó muy bien envasado y en perfecto estado.